Zacatecas, Zac. Más de 5 mil trabajadores, propios y subcontratados, laboran por turnos las 24 horas de todos los días, incluidos sábados y domingos, en la mina a cielo abierto Peñasquito, para compensar la caída de la producción de oro, plata, cobre, plomo y zinc luego de 81 días de bloqueo en el complejo ubicado en el valle de Mazapil, en el norte de Zacatecas.
El 27 de marzo habitantes del ejido San Juan de Cedros, municipio de Mazapil, y de la Unión de Transportistas Cava cerraron los accesos a la mina. La protesta concluyó el 16 de junio, cuando la trasnacional Newmont-Goldcorp aceptó revisar los convenios que durante una década firmó Peñasquito, pero que no se cumplieron cabalmente.
Durante ese tiempo la compañía agotó los mantos freáticos, secó un manantial y cinco pozos agrícolas. Además, canceló contratos de traslado de agua y tierra con más de 180 afiliados a la Unión de Transportistas y Trabajadores de Mazapil y dio esos trabajos a una compañía española, por lo cual ejidatarios y transportistas exigieron indemnización.
Entre los 13 acuerdos del convenio que puso fin al conflicto destaca la posibilidad de que los habitantes de las comunidades rurales de Palmas Grandes, Mesas y Charcos sean reubicados para evitar que sigan expuestos a riesgos ambientales e industriales.
La intensa explotación minera no sólo obedece al interés de recuperar el tiempo perdido. También es una muestra del auge del oro en México y el mundo, que se refleja en el incremento de la cotización en la bolsa de valores de Londres.
En el mercado bursátil londinense, donde se fija el precio internacional del oro y la plata, el primero de enero de 2019 la onza de oro (30 gramos) valía mil 280 dólares. El 9 de agosto cerró en mil 505 dólares y se prevé que se mantenga al alza.
En su informe anual publicado a finales de julio, la Cámara Minera de México dio a conocer que siete de los 18 principales proyectos mineros con alto contenido de oro en el país se ubican en Zacatecas.
Uno de ellos es Peñasquito, propiedad de las trasnacionales estadunidense Newmont y la canadiense Goldcorp, que permitieron a La Jornada un recorrido por su complejo.
Cada día decenas de camiones mineros, cada uno con capacidad de carga de 300 toneladas, acarrean desde el fondo de los tajos Peñasco y Chile Colorado más de 130 mil toneladas de concentrados que serán procesados, principalmente mediante métodos de sulfuración-flotación y lixiviación.
Todos los procesos son controlados por computadora desde las áreas de extracción. Las bandas transportadoras y los gigantescos molinos de roca pulverizan el material, que llega a la planta de sulfuros. Miles de toneladas de concentrados ricos en plomo, cobre y zinc son transportados en góndolas por tractocamiones que sin parar llevan su carga a plantas fundidoras externas.
Tras ser lixiviados en enormes campos con una sustancia acuosa rica en cianuro, los concentrados de oro y plata son procesados en enormes hornos de fundición donde se amalgaman los metales preciosos en barras doré, las cuales son enviadas a Estados Unidos desde el aeropuerto de la mina.
Información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía indica que la producción nacional de oro en 2018 fue de 3.8 millones de onzas, 3.5 veces más que en 2000 (848 mil onzas), lo que mantiene a México entre los 10 principales productores del mundo.
Zacatecas ocupa el cuarto lugar nacional en producción de oro, detrás de Sonora, Chihuahua y Guerrero, pero se espera que este año recupere posiciones al consolidarse las operaciones de Fresnillo PLC (Peñoles) y de Peñasquito.