Por Manuel Nava
Chilpancingo, Gro.- Trabajadores mineros son blanco continuo de la delincuencia, en lo que va del año las agresiones se multiplicaron. Autoridades de gobierno y directivos de las corporaciones, minimizan los hechos aunque trasciende que en reuniones privadas reconocen estar rebasados por la actividad de los delincuentes.
Trabajadores y empresas mineras están siendo objeto de un acoso cada vez mayor de los grupos mediante amenazas de secuestro, extorsión y robo.
El 6 de marzo, un grupo armado secuestró a cuatro trabajadores de la minera canadiense Gold Corp que opera en el poblado de Carrizalillo, municipio de Eduardo Neri, ubicado en el denominado cinturón de oro de la zona del río Balsas, en la región centro de la entidad.
Los mismos informes refieren que ello ocurrió de luego de que los familiares de los cuatro mineros privados ilegalmente de su libertad acudieron a la ciudad de Iguala para solicitar apoyo a los mandos del 27 batallón de Infantería.
A principios de febrero de este año, una célula al servicio del grupo delictivo La Familia secuestró al menos 12 habitantes del municipio de Cocula, entre ellos algunos empleados de otra minera canadiense Media Luna, ubicada en el poblado de Nuevo Balsas.
En respuesta, pobladores de la zona minera del río Balsas tomaron las armas, rescataron a 10 de las víctimas y cerraron durante más de una semana los accesos para exigir seguridad para los ciudadanos, debido a que el gobierno estatal solo ofrece resguardo policiaco a los directivos de la empresa.
Entre abril y junio pasado, se pudieron documentar dos secuestros de trabajadores de la minaRey de Plata que explota la empresa Peñoles en la comunidad de Teohuixtla, municipio de Teloloapan.
En agosto, fueron secuestrados seis mineros cuando se dirigían a sus labores, y según la versión oficial fueron liberados el sábado, pero otros trabajadores fueron víctimas de la delincuencia, cuando a la mina ingresaron hombres armados y se llevaron a dos. Según testigos también se robaron un millón de pesos de la nómina, ante lo que el personal se retiró y los demás no se presentaron a laborar.
Durante la madrugada del 5 de septiembre dos empleados más de la mina de Temixco, municipio de Arcelia, fueron levantados y delincuentes se robaron la nómina de pago presumiblemente por un grupo de sicarios que ingresó a la mina.
Los trabajadores pararon labores y acudieron al Ayuntamiento para exigir a las autoridades locales que busquen apoyos en seguridad.
La zona se la disputan grupos de la delincuencia organizada que han convertido a esos pueblos en escenarios de sus confrontaciones.
Sin embargo, existen otros sectores empresariales afectados por la violencia delincuencial.
En Chilpancingo, el 3 de septiembre se registró un incendio en la tienda de ropa Los Barateros en la avenida Insurgentes, que consumió la mercancía del edificio de tres plantas y afectó a tres casas más. Protección Civil municipal señaló que el siniestro fue provocado por un cortocircuito de la tercera planta del establecimiento, sin que se registraran pérdidas humanas.
Waldo Díaz Velázquez propietario de la tienda de ropa Los Barateros, aseguró que el incendio a su edificio fue provocado por hombres fuertemente armados que irrumpieron de manera violenta para desalojar al personal, y rociaron gasolina.
Adrián Alarcón Ríos, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) remarcó la omisión de los tres niveles de gobierno para atender las diversas propuestas de los empresarios en materia de seguridad, que incluían la creación de anillos de seguridad coordinados entre el Ejército, la Policía Federal, la Policía Estatal y la Municipal, y el reforzamiento continuo de los cuerpos de seguridad. En particular se quejó de que el general de la 35 Zona Militar, Raúl Gamez Segovia canceló las reuniones que continuamente tenían con los empresarios.
Los hechos más recientes ocurrieron en el contexto de la puesta en marcha de una nueva estrategia de seguridad pública para los 50 municipios más violentos entre los cuales se encuentran cinco de la entidad.
Héctor Astudillo, gobernador de Guerrero, consideró que es necesario hacer más cosas “de las que se han hecho” en Guerrero para disminuir la criminalidad, y confió en que la nueva estrategia de seguridad del gobierno federal muestre resultados inmediatos.
Original Article: http://www.siempre.com.mx/2016/09/la-inseguridad-asoma-de-nuevo/
