Alberto Aguilar
09 de junio de 2020, 01:22

Resulta que la versión que corrió el fin de semana en cuanto a la desaparición de la subsecretaría de Minas es correcta. De hecho el proyecto está en el escritorio de Graciela Márquez, titular de Economía. La eliminación de esa área sería parte del plan que anunció el presidente Andrés Manuel López Obrador para desaparecer diversas subsecretarías en aras de la austeridad.

Según esto, lo relacionado con la minería regresaría a una dirección a integrar a la Subsecretaría de Industria y Comercio que lleva Ernesto Acevedo. Como imaginará en la IP hay desazón. De concretarse el ajuste habrá que partir de cero, máxime si Francisco Quiroga deja de ser el interlocutor.

En el pasado la gestoría de la industria minera se dio vía una dirección. Había gran rezago de expedientes. Hasta tramitar los permisos de remediación, cuando una mina deja de operar, era un dolor de cabeza.

Con Quiroga se agilizaron los trámites y no se diga la interlocución no sólo con Camimex de Fernando Alanís, sino con el grueso de los sindicatos. La posible eliminación de la subsecretaría es otra mala noticia para un negocio que desde el 2015 no recupera su brillo. En el 2019 su producción se contrajo 5.1 por ciento.

Este 2020 también pinta complicado, máxime el alto de la actividad por la pandemia. Recién se logró regresar como actividad esencial en una gestión en la que justo Quiroga fue muy activo al elaborar los protocolos.

Ayer el funcionario estuvo en Sonora para revisar esas medidas sanitarias en algunas minas. Participó la gobernadora Claudia Pavlovich. Esa entidad es la principal productora minera del país con 35.5% del total. Chihuahua, a donde se descentralizó la subsecretaría, es la segunda con 12.1 por ciento.

Amén del Covid-19, para la minería el sexenio no ha resultado fácil. Hay estigmas en su contra. De hecho no se han otorgado nuevas concesiones y Semarnat de Víctor Manuel Toledo es un cuello de botella para los avales ambientales. Sume el negocio del chantaje en derechos de tierra y laboral, amén de la inseguridad.

Así que con la desaparición de la subsecretaría lloverá sobre mojado y parece que sólo es cuestión de tiempo.

Original Article: https://www.eleconomista.com.mx/opinion/Cierre-de-subsecretaria-de-Minas-en-escritorio-de-Marquez-y-desazon-en-IP-20200609-0018.html

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